lunes, 4 de mayo de 2015



Contribuido por el señor XX-3. Al parecer habría ocurrido por el año 2012.

Tuve la suerte de tener entonces una amiga, Moni, cercana a los 30 años, que le habló a dos pendejas amigas de ella para que la primera vez sea con un tipo maduro.
Fue convenciéndolas de a una y de a poco, yo creí que terminaba preso, eran pendex de 21 años.
No esculturales, eran rellenitas, pero de nalgas duras y tetas firmes.
En aquel tiempo, yo andaba cerca de los 50 años.
Moni arregló todo en su casa y se hizo la boluda.
¿Saben lo que era para mí lograr besar esas boquitas?
Se suponía que ni yo ni la pendeja sabíamos que iría el otro a casa de Moni.
Entonces la dueña de casa a plena tarde mira la hora.
La pendex y yo en el living de la casa de Moni.
Y ella, Moni, que agarra la cartera.
Y dice: ya vengo, ¿me aguantan?
Pero agrega: vos, por favor, entretené a mi amiga,
La chica era virgen, mi amiga ya me lo había advertido.
Cuando se fue, intenté el levante de la pendeja, convencerla, aunque más no sea para franelear un poco, porque la pendex además me miraba.
Le dije que le quedaba bien la remerita. Tenía remera ajustada, pollerita corta, se había venido para seducir. Le pregunté si había tenido novio.
Ella se hacía la tímida y decía no a todo con la cabeza, pero no se enojaba.
Entonces le digo: no te gustaría ir aprendiendo, así cuando tengas novio ya sabes unas cuantas cosas…
Me dice: estaría bueno según lo que sea.
Le digo: ¿no sabes dar un beso?
Había que empezar de a poco.
Qué mierda, tenia una boca de la puta madre.
Casi me saca media lengua.
Ah, bien, le digo, sabés besar.
Y enseguida: ahora probemos algo más...
La paro, la empiezo a querer abrazar.
Te juro que cuando me clavó las tetas en el pecho casi me muero.
Le levanté el pelo, la besé y rechupé toda: cuello, hombros, cara…
Me decía que no quería pero se dejaba besar y lamer…
Le pasé la mano por debajo de la remera
y empiezo a levantarle la remera.
No decía nada.
Le pregunto si se la puedo sacar, así no se arruga.
Me dice: ¿te parece?
Lolas buenísimas.
Ya dije que era rellenita.
Y las lolas duras a morir, nada de siliconas…
Cuando le empiezo a sacar el sostén,
veo unos pezones morados y enormes,
pensé que siendo virgen se pajearía a lo loca para tener esas aureolas.
Porque eran aureolas muy grandes.
Ahí le pregunto: ¿esto nunca lo hiciste?
No, me dice, ¿por qué?
Nada, así te enseño cómo se hace.
La hago sentar de nuevo en el sofá y empiezo a franelearla abajo.
Los muslos,
la entrepierna.
Ella apretaba a full muslos y piernas. No dejaba espacio libre.
Le digo: Nooo, ¿por qué apretás tus muslos?
Ella: porque ahí no se toca.
Nooo, le digo, sí se toca.
Fue aflojando muy despacio. Los besos en la boca ayudaron a que se relaje.
Cuando llegué a la bombachita siento que está totalmente mojada.
Le pregunto si me deja sacarla y me pregunta para qué.
Le digo: dejame mostrarte.
Yo se lo hice a Moni una vez, tranquila, vas ver…
La pendex me dice: ¿a ella también?
Síííí, es algo natural.
Ay cuando le saqué la bombacha…
hacía tanto que no veía una conchita así que se me puso durísima al toque.
La pendex era de piel blanca.
Conchita bien peluda, nalgas bien carnosas.
Cuando le fui a chupar los labios vaginales vi que eran muy rosaditos,
y estaban remojados …
Nunca disfrute tanto chupar una concha como ese día.
La pendeja a los gritos,
creo que se mandó diez orgasmos, qué hija de puta.
Ahhhh, nooooo…
Le puse la bombachita en la boca,
ya éramos todo calentura.
Le fui levantando más las piernas y apareció el agujero del orto, no sabés qué ganas…
Era un diminuto agujero, cerradísimo,
y la conchita también.
Cuando le empecé a pasar la lengua por el culito se puso loca, reloca…
Me dice: eso nooooo.
Sí, le digo, te va a gustar.
Otro orgasmo.
No lo podía creer que por ahí también gozara así…
Ahí saqué la pija y le digo: ¿podés chuparla un poco?



Me dice: uy, ¡qué grande es! No me va a entrar en la boca.
Probemos, le dije.
¡Y cómo le entró y sobró…!
No se la dejé mucho porque si se la dejaba en la boca seguro que le acababa.
Así que le dije: ¿me dejas hacer una prueba?
¿Queeeee?, me dice,
Ponete de rodillas en la orilla del sofá.
¿Para qué?
Y se pone nomás…
Ay, nooooooooooooo, por favor, que hermoso orto,
unas terribles caderas,
ni forro atiné a ponerme,
se la apoyé en los labios vaginales… y muy pero muy despacio se la fui empujando.
Casi me agarra el flaqueo al mirarla.
Pero cuando vi cómo se separaban esos labios, me dije, ni loco la dejo virgen…
Le dije: aguantá un poquito, ¿sí?
Sentí cuando se la apoyé en la conchita.
Se la movía desde el clítoris hasta la puerta.
Y en un momento me agarré la verga bien desde la raíz, estaba durísima, y apretándomela con la mano empujé a fondo. Como si fuera una lanza apreté, forcé.

Ay, nunca le había salido sangrecita a ella,
Síííííí, grité.
¡Bien, bien desvirgada de concha!
Y sin forro…
Antes de acabar, la di vuelta y la cogí de frente.



No sabes las caras que ponía la putita.
Le rompí la concha con ella en cuatro patas…
Y me olvidé de ponerme forro,
pero igual sabía que mi amiga iba a arreglar que fuera cerca de la menstruación.
Al rato de cogerla se me aflojó.
Ahí la di vuelta para darme tiempo,
pero ella de nuevo se puso en cuatro solita,
vi ese culito tan lindo y cerradito que sentí que me venía de nuevo la erección. Y me vino…
Me dije: Yo se lo parto como un queso. Es ahora o nunca.
Porque ella justo me pregunta en ese instante: ¿Se puede hacer por la cola sin que duela? Porque por adelante me sangra, ¿ves?…
Le contesto: Preguntale a Moni si le duele.
En eso sentimos la puerta.
Yo me apresuré a apuntarle a ese culito,
mi verga había vuelto a estar a full.
La pendeja quiere salir corriendo y le digo: nooo, venííí, quedate…
¿qué te va a decir tu amiga?
Además estaba en bolas…
y ahí rápido aprieto con todo ese culito hermoso…
la pendeja grita en el momento que se abre del todo la puerta.
Moni se acerca y ve que estoy bombeando a fondo el ojete de la pendeja.
Y me dice sonriendo: Ahhh, conque te violaste a mi amiga, degenerado, y encima por el más cerradito…
El otro ya se lo hice, le contesto sin dejar de bombear, no jodas.
La pendeja jadeaba como loca.
Entonces la guacha de Moni va y le pregunta: che, ¿te gusto?
Y la otra que sigue en orgasmo a pleno, pero que al fin se le oye un tímido sí.
Y la guarra de Moni que le dice: viste qué pija tiene, no podés quejarte de lo que te conseguí…
Y cuando la pendeja acaba del todo, Moni se pone seria y le dice: vos, nena, a cambiarte.

(Iniciación)

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